Sunday, August 22, 2010

El Seminario Evangélico de Puerto Rico
les invita cordialmente a la presentación del libro
“After Heresy: Colonial Practices and Post-colonial Theologies”
del teólogo luterano brazileño Vítor Westhelle.
El Martes 24 de Agosto del 2010 a las 4:00 p.m. en el Salón 1-A.
Reaccionan el Dr. Héctor López Sierra y el Prof. Javier Goitía Padilla

Saturday, July 10, 2010

Declaración pública del Seminario Evangélico de Puerto Rico

DECLARACIÓN PÚBLICA DEL SEMINARIO EVANGÉLICO DE PUERTO RICO A RAÍZ DE LOS EVENTOS DEL 30 DE JUNIO DE 2010 EN EL CAPITOLIO
Es menester obedecer a Dios antes que a los poderes humanos.
Hechos 5.29
Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos los desvalidos.
Prov. 31.8
Así ha dicho el Señor: Actuad conforme al derecho y la justicia, librad al oprimido de mano del opresor… ni derraméis sangre inocente en este lugar.
Jeremías 22.3



POR CUANTO presenciamos por la televisión y recibimos múltiples testimonios sobre el desmedido ataque perpetrado dentro y en los alrededores del Capitolio por la fuerza de choque y la policía montada contra el pueblo que reclamaba su derecho constitucional a estar presente en el parlamento donde se legislan sus leyes y la respuesta, a veces violenta, de algunos manifestantes;
POR CUANTO esto revela falta de juicio y de disposición democrática, uso irreflexivo de fuerzas y una afrenta contra ciudadanos desprovistos de armas y contra representantes de la ley y el orden;
POR CUANTO es responsabilidad de los gobernantes mantener el orden en la sociedad y las condiciones para el desarrollo del bien común, lo cual incluye la defensa de los derechos ganados históricamente para el libre desarrollo de la persona y su participación en las decisiones que afectan su vida;
POR CUANTO la vida es el criterio último de ética cristiana (y de todas las éticas) para juzgar las acciones morales y también lo es en una sociedad secular de Estado laical, donde no se pretende que el Estado sea cristiano, pero que sí que respete el orden de derechos que garantiza la vida y las condiciones para el desempeño de la vida;
POR CUANTO el pueblo cristiano tiene el deber de la defensa del prójimo, pobre y oprimido, representados en la tradición hebreo cristiana por los huérfanos, las viudas, los inmigrantes, los condenados por las estructuras económicas y políticas, por la enfermedad y a la marginación, y tenemos la obligación de hablar proféticamente en público y en alta voz (Jer. 22:1-8; Is. 10:1-4; Is. 58:2-8; Luc. 1:46-55; Luc.4:18-19; Mat 25:31-43; Luc. 1: 18-25; Sant. 2:5-6; Hechos. 4:32; Tim. 6;9,10; Hechos 5:29))
POR CUANTO nosotros, la iglesia Protestante evangélica, tenemos además, un compromiso histórico con las formas representativas de la democracia, la libertad individual y colectiva y los derechos humanos y no podemos tolerar su destrucción y el debilitamiento de la libertad de expresión y la libertad de la conciencia sin traicionar al prójimo y a nuestra propia historia;
POR TANTO
POR TANTO, denunciamos vehementemente los actos de violencia de la Policía contra la ciudadanía que ejercía un derecho de libertad de expresión consagrado por la Constitución y por los principios cristianos de libertad personal y colectiva y a la vez, denunciamos cualquier intención premeditada de violencia y perpetuación de vandalismo por aquellos que difieren de las políticas del Estado.
Por tanto, denunciamos la falta juicio; desprecio a la vida ajena; falta de respeto a los derechos ciudadanos; y falta de control de aquellos que incitaron y perpetuaron los actos violentos que presenciaron los puertorriqueños en la “Casa del Pueblo.”
POR TANTO, reclamamos la restauración de los históricos derechos constitucionales de los pueblos democráticos y de nuestro pueblo a su presencia en la Legislatura, la casa de las leyes, especialmente en un momento como éste donde decrecen las posibilidades de amplia representación del pueblo en los procesos políticos y la oportunidad de considerar libre y sosegadamente proyectos de ley fundamentales que están cambiando la estructura del Estado y los históricos derechos de la ciudadanía y las instituciones.
Por lo tanto, solicitamos a todo nuestro pueblo sus oraciones, testimonio cristiano y fidelidad al evangelio de Jesucristo en el socorro de las personas oprimidas por ejercer sus derechos constitucionales a la asociación, libertad de expresión y la petición de reparación de agravios y reclamamos el respecto al orden democrático y constitucional que ha sido acechado por estas acciones.

Hoy 10 de julio de 2010, en San Juan, Puerto Rico
Presidente, Decano y Facultad del Seminario Evangélico de Puerto Rico.

Friday, July 2, 2010

El problema no son los espejuelos

El problema no son los espejuelos
Prof. Francisco Javier Goitía Padilla
Seminario Evangélico de Puerto Rico

A principios de este año me operé el ojo izquierdo de cataratas. Por mucho tiempo pensé que lo que estaba defectuoso eran mis espejuelos. Veía borroso, no distinguía bien profundidad. La pantalla de la computadora se hacía cada vez más difícil de leer. La luz de frente, especialmente la de los automóviles por las noches, me cegaba el ojo. Mi ojo derecho compensaba por el izquierdo y la línea blanca que marca los carriles me ayudaba por las noches. Cuando finalmente me operé el mundo pareció nuevecito. La operación dio cuentas del tiempo que ya va marcando mi cuerpo y de las limitaciones que estas marcas tienen en la manera en que atrapo, asumo y proceso la información de mi alrededor. El problema no eran los espejuelos. Era el ojo. Yo creo que lo mismo nos pasa como país. Aparentemente los espejuelos con los que atrapamos, asumimos, entendemos y procesamos la información de nuestro alrededor no nos sirven. Tal vez, pensamos, con un cambio moderado en la receta todo se arregla. El tiempo nos ha pedido cuentas y no estamos dispuestos a reconocer que las cosas han cambiado. Que Puerto Rico no es el mismo. Que debemos empujarnos a ver de otra manera. Porque no son los espejuelos. Es el ojo. Este párrafo es una introducción larga para decir que pienso que el problema fundamental que nos aqueja como país es uno epistemológico y hermenéutico.
El problema es uno epistemológico. No tenemos marco de referencia para entender nuestro alrededor; lo que pasa, ahora, aquí. Para empezar, el marco epistemológico principal de nuestro país es uno ideológico partidista. Esto es así dentro y fuera de la iglesia. Es un marco epistemológico asumido en las luchas de desarrollo del país marcadas por la hegemonía de la visión populista Manos a la Obra de los años cincuenta. A esta ideología, calzada por una visión de identidad esencialista y contenciosa – por buenas y no tan buenas razones – se le añaden las polaridades de la guerra fría, las luchas por reconocimiento y sobrevivencia de la izquierda y las dádivas y acomodos de la derecha. Por los últimos cincuenta años, entonces, entendemos desde un asiento polarizado, ajeno a los consorcios y las negociaciones, demonizado contra el opositor, marcado por la identificación de las luchas obreras y de derechos con los extremos de la guerra fría. Al quebrarse las ideologías y sobrevivir sus esqueletos solo quedan los estribillos ideológico-partidistas para asumir la realidad y reaccionar a las crisis que vivimos. Mi partido. Mi ideal (vació de contenido y proyecto, pero mío). Demonizo a los contrarios. Toda protesta es comunista. Toda crítica es opositora. Es pecado pensar, actuar y entender de otra manera.
Algunos eventos de los pasados años han atisbado la nueva realidad que vivimos pero no acabamos de reconocer en ellos avisos de cambio. Vieques no fue sólo una marcha enorme y una lucha ganada. Vieques es la invitación a una nueva epistemología. Lo que hace resbalosa la reciente huelga de la UPR y los eventos de violencia que hemos vivido en estos días es, precisamente, que los pretendemos evaluar desde una epistemología quebrada e inoperante. Estos jóvenes – con sus aciertos y desaciertos – son una invitación a reconocer la incapacidad ideológica de todos – izquierda, centro y derecha – de lidiar con la realidad que vivimos y la posibilidad de involucrarnos y reaccionar utilizando nuevos parámetros y criterios de entendimiento.
El problema que nos aqueja es uno hermenéutico. No poseemos los recursos para encontrarle significado a la vida, ahora, aquí. La desesperanza que nos sobrecoge es el aviso existencial de que vivimos días diferentes donde el marco de referencia desde donde se nos invita a encontrarle sentido y dirección a la vida y al país no es siquiera reconocido. Si lo que quedan son esqueletos y estribillos ideológico-partidistas no existe entonces fundamento ni imaginación para comenzar a construir algo diferente. La vida continúa con los ipods y películas en tres dimensiones del siglo 21 pero con las polaridades, esencialismos, sospechas y trincheras de mediados del siglo pasado. Basta surfear por las estaciones de radio, escuchar los análisis de las esquinas, presenciar con asombro los excesos de los líderes políticos, para darnos cuenta de que parece que el tiempo se congeló en nuestro país. Ausente está, sin embargo, la cortesía, la deferencia, la dignidad y la fibra humana que logró – con algún éxito – sacar al país de donde estaba en aquella ocasión.
El problema no está en los espejuelos. Tenemos el ojo afectado. Necesitamos una operación. Necesitamos comenzar por reconocer la quiebra del proyecto Puerto Rico tal como lo conocemos. Ninguna de las opciones ideológicas que agonizan por sobrevivir y dirigir nuestro pueblo a algún sitio puede hacerlo. Todas están, como ya dije, vacías de contenido y faltas de visión. Vivimos en un espacio de fundamentalismos, de incompetencia y de falta de credibilidad porque el liderato del país es cobarde para reconocer esta realidad y tímido para convocar recursos que nos provean una nueva epistemología y una nueva hermenéutica. El acomodo ahoga el patriotismo. El trabajo público canceló el servicio público. El corazón y la mente han sido finalmente sustituidos por el estómago.
Para la Iglesia esto representa un desafío inmenso. Significa, entre otras cosas, que la narrativa que proclamamos, y las palabras tan amadas que le han dado sentido al ser de la Iglesia y a nuestras vidas al lado del Evangelio, ya no tienen correspondencia con la realidad que vivimos. Palabras como salvación, gracia, pecado, misericordia, obediencia, amor al prójimo, providencia, carismas, vocación, etc., no encuentran ya eco en la vida de la gente a nuestro alrededor. Esto no es culpa del posmodernismo. Es culpa nuestra, por acomodarnos y defender las epistemologías y hermenéuticas de costumbre a expensas de la sangre del Cordero. Significa que las maneras de involucrarnos en la vida de las personas, y en el quehacer colectivo de nuestro pueblo, no tienen eficacia. Como diría Pablo…metal que resuena. El desafío es a aventurarnos en un proyecto que contribuya a crear un espacio propicio para que nuestro pueblo encuentre nuevas formas de entender, un significado de vida diferente, y una visión de futuro que de algún modo resuene con los valores del reino.
Como iglesia, nos corresponde dar cuentas de quién es nuestro rey y de fusionar los horizontes de la narrativa bíblica con lo que vivimos hoy de modo que la Palabra de Dios, fermentada por el Espíritu Santo, rescate a la Iglesia para el Dios Trino. Luego de dar cuentas, nos toca hacer teología y exégesis seria de modo que las palabras que tanto amamos las usemos con significados nuevos y contenidos de vida. Como sociedad, tal vez deberíamos detenernos y, en vez de intentar entender e interpretar como de costumbre, explorar lo que nos dicen los eventos que hemos vivido en los últimos años. Vieques es un buen lugar de comienzo. La huelga reciente de los estudiantes es otro. Necesitamos marcar más de estos pozos de posibilidades a nuestro alrededor. Identifiquemos y pongamos de frente nuestros preentendimientos y prejuicios, juntemos en la mesa a todas las partes con la dignidad que todas las partes merecen, e imaginemos a Puerto Rico de otra manera. Es la responsabilidad de cada ciudadano y la encomienda de toda cristiana.

Thursday, July 1, 2010

Musulmanes puertorriqueños. Primer panel: musulmanes en primera persona



FECHA: 7/JULIO/2010
LUGAR: SEMINARIO EVANGÉLICO PR
AVE. PONCE DE LEÓN 776
(FRENTE ESTACIÓN UNIVERSIDAD)
HORA: 7.15 PM
TEMAS: ¿Quién es Dios en el Islam? ✺ La Adoración a Dios
en el Islam ✺ Ética de Relaciones Interpersonales en el
Islam

Tuesday, June 29, 2010

Rvdo. Julio R. Vargas, ministro ordenado por la Iglesia Metodista de Puerto Rico




Actos de Ordenación al ministerio de Rvdo. Julio R. Vargas-Vidal recientemente llevado a cabo en la Conferencia Anual de la Iglesia Metodista de Puerto Rico. El Rvdo. Vargas-Vidal, ex alumno del Seminario, quien sirvió en diferentes áreas de nuestra institución, nos dijo: "Ciertamente fue un sueño que, luego de 14 años, pude alcanzar. Fue un momento muy especial y muy emotivo, sobre todo porque mi tío, el Rvdo.David Vargas, fungió como uno de mis padrinos. Luego de que el obispo me colocara la estola, mi tío me colocó la estola de mi abuelo".
Felicitaciones de parte de los que laboramos en el Seminario. Deseamos que Dios siga bendiciendo tu vida y ministerio.

Monday, June 28, 2010

Se extiende fecha límite de matrícula

La matrícula para el semestre de agosto a diciembre del 2010 se extenderá hasta el 16de julio sin penalidades para matrícula tardía. De tener interés por tomar un curso luego de esa fecha, favor de llamar a la oficina de la Registradora en la semana de agosto 9 al 13 para verificar cupo.

Clase de Pentecostalismo primera sesión de verano

La Dra. Agustina Luvis ofreció el curso sobre Pentecostalismo a estudiantes del programa de Maestría en Artes en Religión. Estudiantes del programa Maestría en Artes en religión de Puerto Rico y Estados Unidos participaron de este curso intensivo de dos semanas.
El Seminario sigue así proyectándose más allá de sus fronteras regionales para llegar a estudiantes procedentes de varios países de América Latina que laboran en Estados Unidos.
Agradecemos la participación de la Dra. Luvis, Profesora de la Cátedra de Teología Pentecostal de nuestro Seminario, por su continua y esmerada labor en el ministerio de la educación teológica.